ESPACIO PUBLICO: UN MILLONARIO NEGOCIO

DIARIO EL HERALDO
El espacio público ha ido quedando en las manos de poderes económicos. Las ventas callejeras pueden representar en un año cerca de 232 mil millones de pesos. La calle 32 entre carreras 39 y 40 escasamente es peatonal. La tradicional ‘Pica pica’ ahora se llama ‘Brooklyn’ porque se consigue de todo. Foto Johnny Olivares-->
Fotos Johan Osorio, Johnny Olivares y Jairo Buitrago

Por José Granados Fernández

Hace cuatro meses, Neyla E.* decidió invertir 3,5 millones de pesos y pensó que lo mejor era comprar un pedazo del espacio público en el Centro de Barranquilla, cerca de la calle 37 con carrera 43. En busca de una aparente legalidad, ella y quien le vendió fueron a una notaría a protocolizar la transacción.Treinta días atrás, en la calle 38 con carrera 40, la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público recibió otra denuncia que documenta la forma como numerosos avivatos venden, permutan y traspasan pedazos de las aceras del Mercado y el Centro para sacar provecho personal: Roberto G. compró en 400 mil pesos unos pocos metros del andén, pero inmediatamente los vendió a un tercero en 1.200.000 pesos.“Este último caso está en investigación, y fue judicializado. La otra denuncia la estamos conociendo apenas”, le confirmó a EL HERALDO el secretario de Control Urbano, Jorge Rosales Steel.MILLONARIA INFORMALIDAD. Las anteriores son algunas de las pruebas reales que demuestran que mientras Barranquilla luce caótica, antihigiénica y hasta tugurial en su zona céntrica comercial, debacle urbana que espantaría a cualquier inversionista importante que desee instalarse en la ciudad, la invasión del espacio público sirve para que, en medio de la informalidad, poderes económicos hagan, minuto a minuto, jugosos negocios.Una encuesta de 1997 muestra en términos efectivos la dimensión de lo que produce la toma de calles y carreras. 12.000 vendedores estacionarios fueron encuestados, y se estableció que el promedio mensual de ventas por puesto era de $1.615.021 que multiplicado por 12 meses daba $19.380.252. Si este total se multiplica por el número de encuestados, surge la no despreciable suma de 232 mil 563 millones de pesos. Si bien no se ha vuelto a realizar un nuevo estudio, la tendencia, sin duda, es creciente.Tales cifras no son para nada descabelladas pues el Centro es visitado a diario por unos 470 mil potenciales compradores, que encuentran en humildes chazas o en prosperas ventas callejeras toda clase de alimentos y productos.CADA VEZ PEOR. Hoy, la millonaria informalidad en el espacio público sigue sin control. “En una rápida inspección uno advierte quién es el vendedor pobre o el que tiene un negocio lucrativo. Hay ventas que mueven millones al mes”, comenta el ex director de Espacio Público Fredy Oquendo.Frente al despelote urbano por cuenta de las ventas callejeras, la administración Char ha decidido que el Decreto 093 de 2005, elaborado en consenso con el comercio formal e informal y teniendo en cuenta la sentencia constitucional T-722, “no será letra muerta”, afirma Rosales.Inicialmente, quien no aparezca en el censo que en 2005 hizo Promocentro no tendrá derecho a expender sus productos. La regla es que ninguno de los censados podrá vender su puesto. Es decir, que quien compre un pedazo de acera, como en el caso de Neyla E., puede ser desalojado y el Distrito debe recuperar ese espacio que nadie más podrá invadir. De esa manera, mientras llega la reubicación final, se desalojarían los andenes y desaparecería la tugurización del Centro y el Mercado.*Nombres cambiados para no entorpecer las investigaciones.Los más lucrativosEl espacio de la calle 35 y 36 entre carreras 41 y 43 es considerado el de mejores ventas en el espacio público. “Comprar un puesto allí es prohibitivo”, comenta Fredy Oquendo.Otro negocio rentable es el arriendo de carretillas a vendedores ambulantes. La alquilada sin mercancía vale $7 mil el día, pero si incluye frutas u otros productos perecederos, el valor es de $10 mil más un 20% de lo que se venda.Quienes se adueñaron de lo público en el Centro tienen sus chazas y contratan dependientes para las ventas, como cualquier almacén. Solo pagan el diario pero nada de salud, impuestos ni servicios públicos.Lo que el 093 prohíbeA la administración Hoenigsberg le reconocen haber expedido la más completa norma para regular la invasión del espacio público, mientras se llega a una reubicación de los vendedores. El Decreto 093, que fijó una medida máxima de 1,5 por 1,2 metros por puesto, prohíbe: la ubicación de vendedores en las esquinas; almacenar envases, cajas y canastas por fuera del puesto; preparar alimentos, usar cilindro de gas o liquidos hirvientes; vender y consumir bebidas alcohólicas; usar neveras o enfriadores; vender carnes y pescados; lavar vehículos en la vía pública; la circulación de carretillas y carros de mula, y usar amplificadores y otros elementos sonoros. Todo esto se viola.

1 comentario:

Anónimo dijo...

señores con todo respeto no entendemos como en la carrera 47 con calle 60 un señor monto una fabrica de parquez en la acara obstuyendo el apaso a peatones hace 6 años y no hacen nada por esto y monto en deposito de madeera en acera que pasa con el mejor alcalde barranquilla y sus servidores