La autorización del Presidente para demoler el Edificio de la Caja Agraria que hoy está atravesado a las obras de recuperación del Paseo de Bolivar, levantó una polémica entre expertos en temas urbanos. La vieja estructura se convirtió en un obstáculo para las obras de reamoblamiento del Paseo de Bolívar.-->
El edificio de la Caja Agraria fue construido hace 47 años y pasó de ser uno de los puntos de orgullo de los barranquilleros a convertirse en un obstáculo para la ampliación del Paseo de Bolívar.
Por GERMÁN CORCHOEl anuncio del presidente Álvaro Uribe de autorizar al Distrito para demoler el abandonado edificio de la Caja Agraria es un tema que no está muy claro. Si bien el alcalde Álex Char y el gobernador Eduardo Verano aplaudieron el anuncio, ayer hubo voces calificadas que se opusieron a tal decisión.Hindenburg Pernett, ex gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla (Edubar), dijo que el Jefe del Estado no tiene autoridad para una decisión de este tipo. “Es una falta gravísima a la institucionalidad de un país cometida por su mismo Presidente”, señaló.“El edificio —agregó— no puede perder su categoría de patrimonio porque esa condición no es transitoria y, por el contrario, lo convierte en un referente histórico”. Pernett dijo que en Colombia aún no existen casos en que a una edificación se le haya quitado su calificación de monumento. Es decir, la Caja Agraria sería un hecho sin precedentes.Desde hace dos años, la Administración Distrital, los gremios económicos y organizaciones de arquitectos han solicitado a la Dirección Nacional de Monumentos que se desafecte el viejo edificio como patrimonio para demolerlo y permitir la ampliación del Paseo de Bolívar, donde la empresa Edubar realiza una de las doce obras del Programa de Valorización emprendido por la administración Hoenigsberg.El edificio fue construido en 1961 por el arquitecto Fernando Martínez Sanabria. Hoy está prácticamente abandonado y su estructura se deteriora, a tal punto que en las zonas peatonales han tenido que colocar protecciones de madera para evitar que la caída de casquetes de cemento cause daño a los transeúntes.En su opinión, Pernett dijo que lo que se pone en tela de juicio no es la ubicación o belleza de la estructura sino el autoritarismo del Presidente al rebasar sus funciones e imponerle al Ministerio de Cultura decisiones sobre un patrimonio. “Eso tampoco tiene precedentes en Colombia”, dijo. “Está cometiendo una ilegalidad, y la Ministra de Cultura quedó como un títere”, agregó.La arquitecta Yadira Muñoz comentó que la estructura es una obra viva del diseño urbano, y aseguró que el Presidente no tiene la formación académica suficiente para tomar este tipo de decisiones. “Solo se está valiendo del poder que tiene”, comentó.“Los motivos que se han dado para demoler el edificio carecen de fundamentos, porque su culata o parte trasera puede servir como un ‘pantallón’ para que la ciudadanía disfrute de proyecciones al aire libre”, declaró Muñoz, quien es experta en diseño urbano.Jaime Cortissoz, miembro de la asociación ‘Por Amor a Barranquilla’ que lidera la campaña ‘En abril firmas mil’, dijo que esperan que el Consejo Nacional de Monumentos desafecte el edificio y así la Alcaldía pueda adquirir el lote y luego demoler el edificio.‘En abril firmas mil’ es una iniciativa que se realizará desde el 3 de abril, a las 5:30 P.M., en la Gran Plaza de Bolívar, con la cual se tiene planeado recolectar 300 mil firmas para promover una aprobación en favor de la destrucción del edificio. Pero ante la sorpresiva promesa presidencial ahora se firmará una carta en la que se apoya al Alcalde y a Edubar en esta gestión. Nicolás Renowitzky, gerente de Edubar, calificó la decisión de Uribe como una “sorpresa grata”, pero, a su juicio, el problema es que el Consejo Nacional de Monumentos no quiere sentar precedentes a nivel nacional. “En otras ciudades hay edificaciones que se quieren demoler, pero ninguna ha sido desafectada”, comentó.Hizo énfasis en que la afectación del edificio es sobre un valor patrimonial, por lo que es considerado monumento nacional arquitectónico mas no histórico. “De ser desafectado, Edubar contrataría el avalúo comercial con la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla, para presentarle el monto del edificio al Distrito, quien deberá comprarlo y demolerlo”. Pernett sostuvo que lo que sucede con la vieja edificación es la resultante de la falta de estudios previos en el diseño de las obras. “Si lo hubieran hecho antes de comenzar los trabajos en el Paseo de Bolívar se hubiera conocido la categoría de los inmuebles que se iban a intervenir, pero todo lo dejaron para última hora, cuando la inversión había comenzado. Fue en ese momento en el que alertaron sobre el problema”, expresó.
El edificio de la Caja Agraria fue construido hace 47 años y pasó de ser uno de los puntos de orgullo de los barranquilleros a convertirse en un obstáculo para la ampliación del Paseo de Bolívar.
Por GERMÁN CORCHOEl anuncio del presidente Álvaro Uribe de autorizar al Distrito para demoler el abandonado edificio de la Caja Agraria es un tema que no está muy claro. Si bien el alcalde Álex Char y el gobernador Eduardo Verano aplaudieron el anuncio, ayer hubo voces calificadas que se opusieron a tal decisión.Hindenburg Pernett, ex gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla (Edubar), dijo que el Jefe del Estado no tiene autoridad para una decisión de este tipo. “Es una falta gravísima a la institucionalidad de un país cometida por su mismo Presidente”, señaló.“El edificio —agregó— no puede perder su categoría de patrimonio porque esa condición no es transitoria y, por el contrario, lo convierte en un referente histórico”. Pernett dijo que en Colombia aún no existen casos en que a una edificación se le haya quitado su calificación de monumento. Es decir, la Caja Agraria sería un hecho sin precedentes.Desde hace dos años, la Administración Distrital, los gremios económicos y organizaciones de arquitectos han solicitado a la Dirección Nacional de Monumentos que se desafecte el viejo edificio como patrimonio para demolerlo y permitir la ampliación del Paseo de Bolívar, donde la empresa Edubar realiza una de las doce obras del Programa de Valorización emprendido por la administración Hoenigsberg.El edificio fue construido en 1961 por el arquitecto Fernando Martínez Sanabria. Hoy está prácticamente abandonado y su estructura se deteriora, a tal punto que en las zonas peatonales han tenido que colocar protecciones de madera para evitar que la caída de casquetes de cemento cause daño a los transeúntes.En su opinión, Pernett dijo que lo que se pone en tela de juicio no es la ubicación o belleza de la estructura sino el autoritarismo del Presidente al rebasar sus funciones e imponerle al Ministerio de Cultura decisiones sobre un patrimonio. “Eso tampoco tiene precedentes en Colombia”, dijo. “Está cometiendo una ilegalidad, y la Ministra de Cultura quedó como un títere”, agregó.La arquitecta Yadira Muñoz comentó que la estructura es una obra viva del diseño urbano, y aseguró que el Presidente no tiene la formación académica suficiente para tomar este tipo de decisiones. “Solo se está valiendo del poder que tiene”, comentó.“Los motivos que se han dado para demoler el edificio carecen de fundamentos, porque su culata o parte trasera puede servir como un ‘pantallón’ para que la ciudadanía disfrute de proyecciones al aire libre”, declaró Muñoz, quien es experta en diseño urbano.Jaime Cortissoz, miembro de la asociación ‘Por Amor a Barranquilla’ que lidera la campaña ‘En abril firmas mil’, dijo que esperan que el Consejo Nacional de Monumentos desafecte el edificio y así la Alcaldía pueda adquirir el lote y luego demoler el edificio.‘En abril firmas mil’ es una iniciativa que se realizará desde el 3 de abril, a las 5:30 P.M., en la Gran Plaza de Bolívar, con la cual se tiene planeado recolectar 300 mil firmas para promover una aprobación en favor de la destrucción del edificio. Pero ante la sorpresiva promesa presidencial ahora se firmará una carta en la que se apoya al Alcalde y a Edubar en esta gestión. Nicolás Renowitzky, gerente de Edubar, calificó la decisión de Uribe como una “sorpresa grata”, pero, a su juicio, el problema es que el Consejo Nacional de Monumentos no quiere sentar precedentes a nivel nacional. “En otras ciudades hay edificaciones que se quieren demoler, pero ninguna ha sido desafectada”, comentó.Hizo énfasis en que la afectación del edificio es sobre un valor patrimonial, por lo que es considerado monumento nacional arquitectónico mas no histórico. “De ser desafectado, Edubar contrataría el avalúo comercial con la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla, para presentarle el monto del edificio al Distrito, quien deberá comprarlo y demolerlo”. Pernett sostuvo que lo que sucede con la vieja edificación es la resultante de la falta de estudios previos en el diseño de las obras. “Si lo hubieran hecho antes de comenzar los trabajos en el Paseo de Bolívar se hubiera conocido la categoría de los inmuebles que se iban a intervenir, pero todo lo dejaron para última hora, cuando la inversión había comenzado. Fue en ese momento en el que alertaron sobre el problema”, expresó.
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